07/02/2020
Collino restaurará el Formula Uno de "Chente"
Por German Thalman
"Queremos que el auto vuelva a rugir y a correr a más de 200 km/h como lo hacíaa entonces"
La reconocida industria de los hermanos Collino se puso al frente de la recuperación del emblemático Formula Uno del AMCS que piloteara Vicente “Chente” Cipolatti, destruido el día miércoles pasado a raíz de un incendio de grandes proporciones dentro del cobertizo en el que se encontraba expuesto.
La empresa Collino, dedicada al diseño y fabricación de productos para autos de competición y especiales –se recordará su participación en la restauración del Cadillac que perteneció al Gral. Perón- aceptó la propuesta realizada por el Automóvil Midget Club Sunchales y autoridades municipales para liderar la restauración íntegra del auto, y volver a poner en marcha la histórica máquina, vencedora de las 500 Millas de Rafaela del año 1963 y del campeonato de Fórmula Uno Mecánica Nacional de 1966.
Durante la conferencia de prensa que brindó el AMCS se explayaron su presidente Norberto Cipolatti, Raul Colombetti y el intendente Gonzalo Toselli. Todos coincidieron en que el desafortunado suceso será remediado cuanto antes con la restauración del auto. “La noticia nos dejó paralizados, así que nuestro trabajo está enfocado en que el auto sea reconstruido”, declaró Cipolatti.
“Tomamos este desafío con mucho orgullo y responsabilidad, porque este auto es el principal símbolo de nuestra ciudad, representa la unión de todo un pueblo bajo un proyecto común”, señaló Leonardo Collino, presidente de la firma. Y continuó: “Entendemos que, de la misma manera que fue hace 60 años, toda la comunidad se sumará a colaborar en su restauración, aportando lo que pueda para que vuelva rugir y correr como debe ser”.
“Ni bien me enteré del incendio corrí hasta el cobertizo para ver que sucedía. Conseguimos sacarlo, evitar que se siga quemando, y con la anuencia de los directivos del Midget Club lo trasladamos a nuestros talleres para evaluar los daños y planificar los trabajos”, relató Collino. Según explicó, en un principio, hay muchísimo trabajo por hacer, quedaron irrecuperables todos los componentes no metálicos, neumáticos y buena parte de la carrocería: “Si bien los componentes mecánicos que tiene actualmente no sufrieron grandes daños, tampoco nos van a servir. Al auto hay que restaurarlo con un motor de carreras como el que tenía en los años 60, debemos reproducirlo como era originalmente. El ruido, las vibraciones, la temperatura, te tiene que dar miedo subirte a este auto si no estás un poco loco, como habrá sucedido en aquellos años”
“Cuando suceden cosas malas, las personas fuertes, que son emprendedoras, tienen la oportunidad de hacer algo mejor a lo que había”, reflexionó el empresario en la Conferencia de prensa, y resaltó que esta situación tiene que servir para unir a toda la comunidad y al Midget Club, para reinventarse y fundar un proyecto grandioso a través de la recuperación del auto: “Tenemos que ir por más, lograr restaurarlo aún mejor, que el auto vuelva a rugir y a correr a más de 200 km/h como lo hacía entonces”, aventuró.
El emblemático N° 11
En el año 1962, el Automóvil Midget Club Sunchales adquirió el auto N° 11, propiedad de Hugo Galaverna, que había sido fabricado por Alfredo Pian, uno de los mejores mecánicos- constructores que dio el país.
En un principio, el piloto designado era Valerio Betta, pero un accidente sufrido semanas antes de su preparación, hizo que Vicente “Chente” Cipolatti, por entonces jefe del equipo de mecánicos, asumiera su conducción.
“El gringo de alpargatas” nunca más se bajó del coche. Con su particular estilo de manejo, heredado de los primitivos y osados midgets fabricados en las diversas peñas de toda la región, Cipolatti llevó a esta máquina a ganar la competencia de automovilismo más importante de esos tiempos: Las 500 Millas de Rafaela, en su edición del año 1963.
La tradicional carrera se llevó a cabo el 8 de setiembre, y “Chente” cubrió las 172 vueltas en 4h41m05s, a un promedio de 152,691 Km/h, record por entonces, para el legendario óvalo de tierra rafaelino.
“Chente” estuvo siempre acompañado por un numeroso grupo de mecánicos y colaboradores de gran capacidad técnica. Viotti, Peirone, Hoermann, Alasia, Manero, Salaza, Bergessio y tantos otros que se sumaban a trabajar en la Peña “El Cacique”, como los Collino, Capovilla, Aicardi, Daga, Savio y los Betta, entre muchos otros.
En el año 1966, el coche del Automóvil Midget Club Sunchales consiguió el campeonato de la categoría Fórmula 1 Mecánica Nacional, después de una decena de competencias en distintos circuitos de todo el país.
Con los cambios tecnológicos y la aparición de las grandes compañías automotrices conformando equipos de competición, el automovilismo nacional se fue transformando. Por esos momentos, el AMCS adquirió un coche más moderno, con motor trasero, que primeramente piloteó “Chente” pero luego fue cedido a General Motors con su piloto estelar Carlos Pairetti, para disputar las 500 Millas de Rafaela del año 1968. Pairetti ganó la competencia imponiéndose a Eduardo Copello, con el Cooper-Tornado preparado por Oreste Berta, y volvió a traer la gloria a Sunchales.
“Chente”, por su parte, siguió compitiendo con el viejo coche, pero algunos accidentes y la trágica muerte de su amigo Valerio Betta lo fueron llevando al retiro. Su última carrera fue en Rafaela, el 5 de octubre de 1969.
El coche volvió a ser vendido y por muchos años se le perdió el rastro, hasta que en la década del 90 fue rescatado en un desarmadero de la localidad de Presidencia de La Plaza, provincia de Chaco. Con gran esfuerzo de parte de muchos de aquellos que habían forjado su exitosa carrera, comenzaron un primer proceso de restauración. La unidad recuperada pasó a ser parte del patrimonio histórico de la ciudad, y fue ubicada en el Museo y Archivo Histórico “Basilio M. Donato”. En 2011, a partir de un convenio entre el Municipio y el AMCS, la máquina fue cedida en comodato para su exhibición y resguardo, en un cobertizo construido a tal fin, prácticamente en el mismo lugar donde se emplazaba el viejo “Circuito del Rosario” de nuestra ciudad, hoy en cercanías del Comedor Los Sunchales, a la vera de la Ruta Nacional 34.
El pasado jueves 6 de febrero, un cortocircuito originado en el exterior del cobertizo se propagó hacia el interior del recinto, generando un incendio de gran magnitud que afectó seriamente al vehículo y destruyó por completo muchas reliquias que allí se conservaban (la famosa campera roja con la que Chente ganó las 500 Millas, guantes, trofeos y otros artículos de gran valor histórico).
Una vez más, el pueblo de Sunchales pondrá manos a la obra para recuperar al mítico auto Campeón.